Palabras Introductorias

Muy querido hermano en Cristo:

Este site está pensado especialmente para los adventistas del Séptimo Día, ya sean de la IASD Corporativa, o de alguno de los muchos ramos de las iglesias llamadas “reformistas”, o de cualquiera de los grupos independientes de laicos que en los últimos años se ha multiplicado, o si simplemente eres un creyente en la verdad adventista del séptimo día, no importa la organización en la que estés enrolado, o aún si no estuvieses en ninguna de ellas, pero conservas la fe en la verdad adventista, te considero un hermano adventista del séptimo día, y este site está pensado especialmente para ti. Si tú no fueres un creyente adventista, de todas maneras eres muy bienvenido, y espero que la lectura de los temas que aquí se presentan pueden serte de mucha utilidad y crecimiento espiritual, y oro para que el Señor te dé entendimiento al leerlos. Quienes preparamos todos estos temas creemos de todo corazón en la infalibilidad de la Palabra de Dios, la Biblia, y también en la inspiración de la Sra. Elena de White, quien recibió un gran don de Dios para los creyentes de esta última generación: el Don de Profecía, don que lamentablemente le fue retirado al pueblo de Dios en 1915, pero que le será restaurado en breve, de acuerdo a las profecías bíblicas que anuncian la muy cercana aparición de la “lluvia tardía” (Zacarías 10: 1). Estamos llegando al fin de la historia de este mundo de pecado y sufrimiento. Pronto desaparecerá al fin la escena triste de miseria, dolor y trasgresión casi continua que ofrece este mundo desorientado. Pronto se cumplirá la bendita promesa del glorioso retorno del Señor Jesucristo en las nubes de los cielos “con poder y gran gloria”, para dar “a cada uno conforme a sus obras” (Mateo 24: 30; 16: 27). Pero antes deben cumplirse algunas cosas que los adventistas del séptimo día que estudiamos la Palabra de Señor sabemos que deben acontecer necesariamente. Debe llevarse el mensaje del evangelio eterno a todo el mundo, a toda tribu, lengua, pueblo y nación (Mateo 24: 14, Apoc 14: 6, 7). Debe iluminarse la tierra con la gloria de Dios (Apoc 18: 1), y un poder nuevo y extraordinario debe aparecer en el pueblo de Dios, el poder máximo del Espíritu Santo en la así llamado “Lluvia Tardía”. Y mientras los hijos de Dios no se coloquen en las debidas condiciones para recibir este Poder, mientras no experimenten el debido Reavivamiento y Reforma que les pondrá espiritualmente listos para ser llenos del Espíritu, la venida del Señor se seguirá demorando, y la culpa será enteramente nuestra, me refiero a aquellos que tenemos la luz de la verdad para este tiempo del fin.


Pero Dios triunfará, y en el cronograma infalible del Señor está a punto de llegar a concretarse la promesa tan largamente esperada y demorada. El Señor está agitando el espíritu de sus hijos para que se preparen, y muchos en distintas partes del mundo estamos sintiendo que finalmente llegó la hora.

La pregunta que debemos hacernos no es si llegará o no la Lluvia tardía. Eso está escrito en la infalible Palabra de Dios, y se cumplirá indefectiblemente. Tampoco debemos preguntarnos cuándo será. La pregunta que sí debemos hacernos es ¿estaré yo entre los que reciban al Espíritu Santo, o entre los que lo combatan cuando aparezca? ¿Estoy haciendo todo lo que esté de mi parte para ser un vaso de honra, totalmente limpio para ser llenado con el precioso Don celestial del Espíritu Santo? ¿Estoy tomando la vida cristiana con la suficiente seriedad como para saber si soy un siervo de Dios aprobado por el Señor, creciendo cada día en la fe, o he caído en el fatal conformismo laodicense (Apoc 3: 14 – 22), del cual si no nos arrepentimos seremos perdidos por la eternidad? Prestemos atención a las siguientes palabras inspiradas: “Vi que nadie podrá participar del "refrigerio" a menos que haya vencido todas las tentaciones y triunfado del orgullo, el egoísmo, el amor: al mundo y toda palabra y obras malas. Por lo tanto, debemos acercarnos más y más al Señor y buscar anhelosamente la preparación necesaria que nos habilite para permanecer firmes en la batalla, en el día del Señor.-PE 71 (1851).


“Nos toca a nosotros remediar los defectos de nuestro carácter, limpiar el templo del alma de toda contaminación. Entonces la lluvia tardía caerá sobre nosotros como cayó la lluvia temprana sobre los discípulos en el día de Pentecostés.-2JT 69 (1882).

“No hay nada que Satanás tema tanto como que el pueblo de Dios despeje el camino quitando todo impedimento, de modo que el Señor pueda derramar su Espíritu sobre una iglesia decaída y una congregación impenitente... Cada tentación, cada influencia opositora, ya sea manifiesta o secreta, puede ser resistida con éxito, "no con ejército, ni con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los ejércitos" (Zac. 4: 6).-1MS 144-145 (1887).


“Vendrá la lluvia tardía y la bendición de Dios llenará cada alma que esté purificada de toda contaminación.

Nuestra obra hoy es rendir nuestra alma a Cristo para que podamos ser hechos idóneos para el tiempo del refrigerio de la presencia del Señor: idóneos para el bautismo del Espíritu Santo”.-1MS 22(1892). (Eventos de los últimos días, pp. 196, 197).


Ayudar a prepararte para recibir el Don Celestial prometido, contribuir a que los adventistas del Séptimo día puedan finalmente ver concretados sus más caros sueños en el Señor, despertar las energías espirituales de un pueblo que parece cada día más dormido, tal como lo anunciaba la parábola de las diez vírgenes (Mateo 25: 5), ése es el objetivo de los temas que aparecen en este site, y el deseo sincero de oración de quienes lo preparamos. Y que lo hagamos sin demora, porque “el tiempo está cerca” (Apoc 1: 3), y mucho más cerca de lo que pensamos. Que Dios te bendiga.
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